Viajar supone descubrir nuevos lugares, pero sobre todo, poder sumergirte en la cultura de cada pueblo y por qué no, conocer un poquito de su historia. Ciertos destinos cuentan con un gran pasado y prueba de ellos son los vestigios que han quedado de épocas anteriores. Túnez, ciudad mediterránea de gran antigüedad, fue un lugar donde habitaron destacadas civilizaciones (fenicios, romanos, vándalos, bizantinos, bereberes, árabes, españoles, turcos…) que dejaron allí su huella. En este artículo vamos a hablar de uno de estos pueblos, el pueblo bereber, y del legado que han dejado en una ciudad maravillosa, Matmata, donde se pueden admirar las casas trogloditas de Túnez. Son un lugar especial que no te debes perder.
El pueblo bereber de Matmata
Los pueblos bereberes son pueblos autóctonos del Norte de áfrica. Aunque los conocemos por este nombre, estos primeros pobladores de esa parte del continente prefieren utilizar el término de imazighen (amazigh, en singular) para autodenominarse. En ciertas zonas del Magreb, aún podemos encontrar a minorías de bereberes.
Estos han dejado una gran huella y un gran legado en la cultura de la zona y muchas de sus tradiciones se han mantenido vivas a través de generaciones. En Túnez podemos encontrar una maravillosa muestra de esta cultura, la ciudad de Matmata. Situada en el centro del país, esta ciudad es famosa por poseer casas trogloditas, que se han convertido en uno de los principales reclamos turísticos del país.
Las casas trogloditas de Túnez
Cada año acude a Matmata una gran cantidad de viajeros para visitar sus casas trogloditas. Estas singulares casas cueva excavadas en la tierra hace siglos se han convertido en un referente de la arquitectura de la zona.
Su origen se remonta a antiguas tribus locales que decidieron que la tierra se convertiría en su refugio natural ante las inclemencias del tiempo y los conflictos bélicos.
Excavaron sus hogares en la roca, aprovechando las propiedades de la piedra del lugar, la piedra arenisca, que se puede trabajar con herramientas manuales, dejándonos plasmados en estas casas sus conocimientos sobre arquitectura.
Esta zona de África se caracteriza por sus temperaturas extremas, con altas temperaturas durante el día y muy bajas por las noches. Esto obligó a sus pobladores a buscar una solución para poder adaptarse al clima del lugar, creando estas viviendas bajo tierra donde cuentan con un gran aislamiento.
Durante el día, puedes comprobar cómo bajan los grados cuando entras en una de estas casas trogloditas de Túnez, en comparación con la temperatura exterior. Sus moradores disfrutan de una temperatura fresca en su interior. Son frescas en verano y cálidas en invierno.
Diseño de los hogares de Matmata
Sus estancias suelen estar agrupadas alrededor de un patio central abierto a la superficie, que les proporciona ventilación e iluminación. En dicho patio podemos ver escaleras labradas en la roca por las que se accede a cada una de las habitaciones. Cuentan con una cocina interior para el invierno y una exterior paa el verano. Antiguamente incluso el ganado se refugiaba en estas viviendas, aunque separado.
Con una forma circular u ovalada, cuentan con estancias conectadas por pasillos estrechos. Muchas de estas viviendas suelen estar interconectadas, albergando a varios miembros de una familia.
Los bereberes supieron adaptarse perfectamente al entorno y muestra de ello son estas casas. Con galerías, puertas y ventanas, se integran perfectamente en el medio que las rodea. Sus creadores han aprovechado los recursos que la naturaleza les puso a sus disposición para crear lugares acogedores.
También sirvieron de refugio y protección ante las invasiones que se producían en la región debido a la estratégica ubicación de esta ciudad.
Visitas a estas casas trogloditas de Túnez
Estas obras de arquitectura subterránea se han convertido en el principal reclamo turístico de Matmata y son un símbolo de la identidad cultural de los bereberes. No se conservan todas ya que las inundaciones de 1969 hundieron muchas. Pero aún existen varias decenas de ellas que se pueden visitar.
Muchas han sido restauradas para que se puedan visitar, y el gobierno ha creado programas de conservación y restauración para protegerlas.
Muchas de las casas trogloditas de Matmata se encuentran aún habitadas y la mayoría se han convertido en cuevas-museo, talleres de artesanos, restaurantes y alojamientos. Muchas familias ofrecen visitas guiadas a los viajeros para enseñarles sus viviendas. También le ofrecen té o pan y los visitantes les dan un donativo a cambio.
Famosas por sus apariciones en el cine
Las casas trogloditas de Matmata han sido el escenario de varias producciones cinematográficas, destacando una de ellas, la saga de Star Wars. En “Star War, episodio IV, una nueva esperanza” (La guerra de las Galaxias) (1977) , estas casas cuevas fueron el hogar del personaje de Luke Skywalker y sus tíos en el planeta Tatooine. Décadas más tarde, también fue el lugar de escenas del film “Star Wars, episodio II, el ataque de los clones”.
El que ahora es el Hotel Sidi Driss, antes fue el escenario de estas escenas cinematográficas y aún podemos ver allí elementos del decorado original de estas películas. Es un lugar al que acuden cada año muchos seguidores de esta saga que quieren ver las localizaciones donde se rodaron.
Puedes alojarte en este hotel, cenar donde cenaron Luke Skywalker y la familia Lars, dormir en la habitación de Luk o simplemente entrar para ver estos escenarios y hacerte fotos.
“La Vida de Bryan” es otra de las famosas películas que se rodaron en la ciudad de Matmata, apareciendo esta población en la escena del final en la que los protagonistas están clavados en las cruces.
Este uso cinematográfico de las casas trogloditas de Matmata ha hecho crecer su reconocimiento en todo el mundo.
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