La provincia de La Spezia, al norte de Italia, esconde cinco joyas en la costa del Mar de Liguria. La denominada Cinque Terre es un lugar de obligado paso para el viajero que tenga la oportunidad de desembarcar cerca desde un crucero. Muchos de los que recorren el Mediterráneo hacen escala en el puerto de la capital, que dista solo a diez minutos en tren de estos pequeños pueblos de película enclavados en la ladera de una montaña.
Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola, Riomaggiore conforman las, en español, denominadas Cinco Tierras. Ya pobladas en tiempos remotos, han desarrollado el aspecto actual gracias al duro y paciente trabajo humano. Además, el olvido en que cayeron bajo la República de Génova fue la salvación para la conservación de su belleza natural. Gracias a todo ello, en 1997 la UNESCO determinó que las Cinco Tierras eran patrimonio mundial de la humanidad y consideró a este entre los lugares naturales más hermosos en el mundo.
Una tierra llena de historia
Los primeros documentos históricos sobre las Cinque Terre se remontan al siglo XI. Primero surgieron Monterosso y Vernazza, mientras que los demás pueblos nacieron más tarde, bajo la hegemonía militar y política de Génova. En el S. XVI, para contrastar los ataques de los turcos, los habitantes reforzaron las viejas fortificaciones y construyeron nuevas torres de defensa.
A partir del Siglo XVII las Cinque Terra conocieron un declive del que no se recuperaron hasta el siglo XIX, gracias a la construcción del Arsenal militar de La Spezia y a la realización de la línea ferroviaria entre Génova y La Spezia. La vía férrea las hizo salir de su aislamiento, pero también las llevó a un abandono de las actividades tradicionales. La consecuencia fue un aumento de la pobreza que empujó a muchas personas a la emigración al extranjero; al menos hasta los años Sesenta, cuando el desarrollo del turismo les devolvió el bienestar.
Cinque Terra: 5 pueblos con encanto
Monterosso al Mare es la más occidental y la más poblada
En ella se encuentran también las playas más extensas de la región. Monterosso se sitúa en el centro de un pequeño golfo natural, protegido por una modesta escollera artificial. El pueblo se divide en dos sectores: una parte antigua y una parte moderna. Ambas zonas están comunicadas a través de un túnel excavado en la roca. La parte antigua es solo peatonal y conserva las características autóctonas de la región, con callejuelas empedradas y estrechas, porticados en piedra y negocios que ofrecen al visitante productos típicos. Al oeste del pueblo se encuentra Fegina, una expansión turística llena de balnearios del pequeño pueblo originario.
Vernazza, una ciudad con más de un milenio de antigüedad
Su nombre deriva de «Gens Vulnetia», antigua familia romana a la que pertenecieron los esclavos que, una vez liberados, fundaron el pueblo. Durante un tiempo el pueblo más próspero de las Cinco Tierras, Vernazza conserva preciosos elementos arquitectónicos como logias, soportales y portales. El casco antiguo, noble y elegante, se desarrolla a lo largo del arroyo Vernazzola, ahora cubierto, enrocándose sobre las laderas de una espuela rocosa. Recorrida por empinadas y estrechas callejuelas que bajan hacia la calle principal, esta localidad contiene construcciones defensivas, casas torre, el Torreón y el castillo de los Doria.
Corniglia, centro geográfico
Situado en el centro de las Cinque Terre, es el más pequeño de las cinco. Se diferencia del resto de los pueblos de la región en que es el único que no se conecta directamente con el mar, sino que se sitúa sobre un promontorio de unos cien metros, circundado por viñedos distribuidos en las características terrazas en el lado que mira hacia el mar. Los visitantes pueden llegar a través de una larga escalinata formada de 22 rampas (377 escalones) o a través de la calle peatonal que conduce al centro desde la estación del tren.
Manarola, un pueblo lleno de color
Situado en una colina, el pueblo de Manarola se extiende por el valle, encerrada entre dos espolones rocosos, y desciende hacia el mar hasta albergar un pequeño puerto. Es el segundo pueblo más pequeño de las Cinque Terre, después de Corniglia. Manarola tiene orígenes muy antiguos, fundados por los habitantes del asentamiento, quizás romano, de Volastra. Su nombre deriva del latino «Manium arula», es decir templete dedicado a las Manos, dioses romanos de la casa. Este pueblo se sitúa en el último tramo del río Groppo. Las casas se agrupan una junto a otra a lo largo de la vía principal, la Via di Mezzo, que a su vez sigue el curso del agua.
Riomaggiore es la más oriental de las Cinco Tierras, primer pueblo que se encuentra llegando de La Spezia. El centro histórico, cuyo núcleo original data del siglo XIII, se sitúa en el valle del Rio Maggiore, el antiguo Rivus Major del cual toma su nombre el pueblo. Las viviendas, pintadas con los típicos colores ligures, siguen el esquema de las casas torre, desarrolladas en altura sobre tres o cuatro plantas. El acceso a las casas es posible en la entrada principal y por atrás a la altura de pisos superiores.
Un clima Mediterráneo
Cinque Terre tiene un clima suave gracias a la presencia de los Apeninos de Liguria, que proporcionan abrigo de los vientos del norte y la proximidad del mar mitiga la temperatura. Las temperaturas más altas se registran en julio y agosto, llegando a los 30 grados. El mes más frío es enero con temperaturas medias de 7-8 grados.
Para mantenerte al tanto de más viajes para solteros, puedes suscribirte a nuestra newsletter y seguirnos en nuestras páginas de facebook e Instagram.